Rápido: Un relato del tiempo

El mundo se detiene, solo para tomar un ratito el aliento. Todo va demasiado rápido. Si.
Muy, muy, muy rápido. Corre que te alcanzo. No, no nos queremos quedar atrás. Que el que se queda atrás, esta perdido.
Ahora todo, es tan rápido, que no sentimos cuando pasa el tiempo. Hace unas horas tenia nueve años, hace quince minutos me arrestaban por ebriedad a los 17 años. Hace un minuto, me di cuenta que estaba enamorado; hace unos segundos me di cuenta que muchas veces me fijo en amores imposibles (¡todo el tiempo!), hace unas milésimas de segundo me di cuenta que un amor no me convenía y hace unas millonésimas de segundo, me fije en alguien que considero que es fantástica.

Los recuerdos, son los únicos que nos hacen sentir que el tiempo pasa más lento, pero si miramos que es en cuestión de años, todo es muy corto. Y más aún si bloquemos las memorias de la infancia. En mi caso mi infancia, no fue un gran lió, pero lo poco que me acuerdo es que fue fingir y actuar, no era feliz, ahora creo que si. O al menos, trato de serlo.

El tiempo se va rápido, y hay que aprovecharlo, no sea que pronto sea tarde y muchas cosas que pudieron pasar, buenas o malas, depende el caso; y nunca más vuelvan a pasar. Es idiota dejar pasar oportunidades. El tiempo vuela, no hay que ser cobarde y tomar las oportunidades.

¿Y a mí que me sucede?
Simplemente, lo veo todo desde otra perspectiva.

Fotografia por: TäTo Polanco