Hablo y no me acuerdo, eso fue lo que pensé ayer. No sabia que sucedía, hasta que volví hablar de lo mismo y me dicen: “Si, me habías dicho”. Supongo que es hablar sin conciencia. Escenas.
Las cuatro de la tarde, siempre fue una hora fascinante para mi. La luz del sol no es tan fuerte, ya que es más o menos naranja y los árboles brindan su sombra. El viento, lo mejor. Era una hora en la cual nunca estaba en casa. Bueno, creo que casi nunca lo estuve todos esos años.
Seth, el Skate y la música. Fátima, su fotografia y los dramas. Spencer, el Surf y su California. Gabriel sus mujeres y Harry Potter. Leah, su Indie y el sushi. Leslie, las bandas y el café. Annika en youth. Todos ellos mis amigos, pero no todos los que hay, ya que junto con ellos vienen muchos más. Pero ellos eran esos quienes siempre estaban y era costumbre pasar; mi vida social.
El zoológico, el mall, las calles, el cine, tacobell, nuestras casas. Mi ciudad y los múltiples escenarios.
Los recuerdos suelen ser buenos. No hay queja, no hay reclamo ya que con el tiempo todos tienen que partir y en esta ocasión me toco a mí. La amistad y el amor hacen que la vida sea fantástica y brille más que las luces en la noche.
Pero así es esto, hablo y luego no me acuerdo. Es como si llegara a hablar dormido, ya que no hay memoria de ello. Quizás hablo la necesidad inconsciente, hablo el corazón.
El zoológico, el mall, las calles, el cine, tacobell, nuestras casas. Mi ciudad y los múltiples escenarios. Volvamos a actuar… los extraño.
En la fotografia: Tato Polanco, Seth Purcell y Leslie Estrada
3 comentarios:
Siempre hablas con el corazon.
No se, creo que mas cuando no pongo atencion. Te amo.
Supongo que hoy el corazon hablo mas... fue especial.
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