martes, 20 de enero de 2009

Agujas y Flashbacks


Alto. Stop. Arret. Grito, pero las agujas del reloj siguen su marcha, todo el tiempo. Sin parar, sin detenerse y sin siquiera pensar en ello. Una constante, con inicio, pero sin fin; así es el tiempo. En fin, parece nunca acabarse, algunos segundos parecen ser eternos, otros pasan como si fueran milésimas… otros son normales. Y de esos, los eternos, los segundos que duran horas, son aquellos que suelen valer la pena. Largos, pausados, lentos, infinitos.

Suceden cuando menos los esperamos. Un accidente automovilístico de donde por poco y no saldrías con vida, más sales sin ningún raspón. El soñar despierto durante clases. Un beso inesperado al medio día, de parte de la persona amada o talvez algo aun más privado que no debe ser mencionado. Una caida de tu mejor amigo. También el duro golpe de un enemigo, que nos tumba al suelo y nos hace sangrar poco o mucho, dependiendo del golpe. Hacen de estos segundos algo fantástico y muy, muy lento.
También el escribir es fantástico, y la mayoría de todo lo mió que han leído, ha sido escrito en horas, a veces días. Otras veces, como esta a pesar de estar hablando de la lentitud del tiempo, de los segundos y de lo genial que es todo esto. Lo escribo en menos de cinco minutos, o quizás sean cuatro.

Pero así son los segundos, los minutos, las horas, los días, el tiempo y su constante. Lento, rápido, infinito, corto. En fin, una constante de cómo queremos que sea, para luego manipularlo con la memoria. A todos nos gustan los “flashbacks”, sobre todo, aquellos que fueron segundos eternos.
Alto. Stop. Arret. Grito, pero las agujas del reloj siguen su marcha.

“Alúmbrame que estoy bien perdido…”



Fotografia: Fatii Vega
Modelo: TäTo Polanco

1 comentarios:

Anónimo dijo...

aaamo los flash backs.
heeeeeey!!!!! eso ultimo es de una cancion de zoe.....